Dios mío, ¿qué quieres de mi?

                          "Dios mío,
tú me conoces muy bien;
¡sabes todo acerca de mí!

Sabes cuándo me siento

y cuándo me levanto;
¡aunque esté lejos de ti,
me lees los pensamientos!" Salmo 139









Dios mío, ¿qué quieres de mi? 


Una pregunta tan simple, pero que implica profundización. ¿Te has preguntado qué quiere Dios de ti? De verdad, sin rodeos, ¿te lo has preguntado? Bueno, una cosa es plantearte la pregunta mientras estás caminando o mientras vas manejando, pero ¿te has sentado en silencio, antes de irte a dormir o al abrir tus ojos para comenzar un nuevo dia? ¿Te has escuchado? 


En lo personal, es curioso que los momentos en los que más he profundizado e interiorizado en esta pregunta son cuando estoy al lado de un paciente en cuidados intensivos. De hecho, aquí estoy, al pie de la cama de un paciente conectado al ventilador. Aunque los aparatos en el cuarto hacen un poco de ruido, hay una calma, no hay mucho movimiento y de esta manera me conecto más a la vida y a mi Creador. En este cuarto no hay falsedad y tampoco superficialidad. Aunque no soy yo el que está en cama, pudiera serlo. Mi vida podría pausarse en un instante. Cuando veo la fragilidad humana, y escucho el respiro del paciente, casi moribundo pero aferrado a seguir viviendo, me doy cuenta del gran regalo que es vivir. Y entonces, esta pregunta viene a mi mente: ¿Qué quieres de mí, Señor? ¿A dónde quieres que vaya? ¿Qué plan tenías cuando me pensaste e hiciste andar mi corazón? 


Aún estoy profundizando el plan de Dios en mi vida. Toma su tiempo, y no hay ningún reglamento para darse cuenta del movimiento interior, el cual es producido por Dios. La clave está en darse cuenta y no ignorar que, en efecto, Dios no para de mover nuestro corazón y nuestra mente. Y es personal. No se puede comparar tu autoconocimiento y crecimiento con el de otra persona… ¡Tú eres tú, yo soy yo! Lo importante es darse espacios para conocerse y realmente ponernos en contacto con nuestro ser, pero sin rodeos, sin falsedades y dejando a un lado los perfiles que no son auténticos y que no ayudan a ir muy adentro del corazón para aceptar el plan de Dios. 


¡Ánimo! Te lo digo con el corazón en la mano, yo que aun estoy en este camino. Ha sido difícil dejar atrás sistemas que no me llevaban a un verdadero autoconocimiento y me dejaban en solo lo superficial y externo. Ha sido difícil dejar atrás la opinión de otros para encontrar y aceptar que lo que Dios opina es mucho más importante y valioso. Ha sido también un reto el aceptar que el plan que yo me había trazado, donde me importaba mucho el que llegan del plan A al plan B en un cierto tiempo. De repente, ese plan se convirtió en un callejón sin salida. Pero, Dios tiene un plan mucho mejor, donde lo importante es nuestra realización como personas sin importar el tiempo que tome. 


Espero que escuchemos la voz amorosa y gentil de Dios diciéndonos al oído, "Está bien, no te preocupes. Si tu plan ya no funcionó, yo aún tengo uno que está guardado como el mayor tesoro dentro tu corazón. Ven, vamos a encontrarlo.Te acompaño y no te decepcionarás."
Cierro esta reflexión, sentado en cuidados intensivos con alguien que tal vez ya está por terminar su vida, y dándome cuenta que vale la pena tomarse el tiempo y el esfuerzo para profundizar en el plan de Dios y escuchar su gran idea para ti y para mí. 

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