Compartiendo sobre el Aprendizaje



Siempre he querido compartir mis experiencias con otros, especialmente aquellas que me han ayudado a seguir caminando en la vida. No ha habido experiencia que no me haya servido de aprendizaje. Después de reflexionar en muchas de las experiencias que he tenido, me doy cuenta de que Dios se ha comunicado conmigo a través de alguna persona, frase, evento o sentimiento. El Salmo 138 expresa con más claridad lo que siento después de reflexionar cada una de estas experiencias y lo pone de la siguiente manera:

“Señor, tú me sondeas y me conoces…no ha llegado palabra a mi lengua y ya Señor te la sabes toda…tanto saber me sobrepasa, es sublime y no lo abarco…ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día.” Salmo 138

En las experiencias más amenas que he tenido, me doy cuenta de que el gozo de la vida que Dios me ha dado es la energía que me ayuda a caminar. Los momentos felices de la vida me conectan a la verdadera felicidad que se encuentra solamente en Dios. Estos momentos felices llenan mi espíritu de agradecimiento por la bondad de Dios y la belleza de la vida. Me doy cuenta de que cuando volteo hacia Dios para agradecerle por la felicidad que encuentro, Dios está sonriéndome, y con esa sonrisa afirma lo sublime que son sus obras. En otras palabras, cuando voy corriendo a Dios lleno de felicidad y agradecimiento, Dios me recibe con más felicidad y comprendo cuan bello y extraordinario es. ¡En verdad, tanto saber sobrepasa! Antes de darle gracias, Dios me interrumpe repitiendo una y otra vez que todo lo hace porque me ama.

¡Ah! Pero que negativo soy cuando estoy pasando por algún momento difícil. Me escondo en las tinieblas. Corro de su presencia y no quiero dejarme ver por este Dios que me muestra su bondad. Pongo tantas excusas y me voy a lo más oscuro. Y me vuelve a alcanzar tan sublime amor. Y en verdad, no importa lo oscura que sea la tiniebla de mi vida, no importa la negatividad de mi corazón… todo esto es tan claro como el día para Dios. Su mirada pone claridad en mi vida, y me arranca de ese abismo. Una y otra vez, Dios muestra que no importa la oscuridad de mi pecado, de mi vida o de qué manera una experiencia me llevó a tal oscuridad, el amor que experimento después de acudir a Él con un corazón sincero me saca de ese abismo. ¡Y sí! Toma tiempo y mucho silencio poner en oración cada experiencia para tomar conciencia sobre tan gran amor. En verdad, el Señor nos sondea y conoce. Siempre digo que, si el Señor nos creó, Él sabe con lo que esta trabajando. Él conoce su producto, y una y otra vez nos repara.
Dios nos ama y acepta. Dios nos acepta como somos, con nuestras deficiencias y con los muchos talentos que nos ha regalado. Sin embargo, Dios no nos deja ahí. Nos acepta, pero nos transforma.
Y esto es lo que me gustaría compartir. Es mi deseo comunicar cómo es que caigo a la cuenta de que Dios me conoce y me habla a través de las experiencias de mi vida. Dios me afirma en algunas, y en otras me reta a volver al centro de mi ser donde tengo que vivir en honestidad y transparencia. Dios sabe que tú y yo tenemos el potencial de ser mejor. Como dice San Agustín, que nuestra vida diga que amamos mucho y gozarnos sabiendo que Dios hace todo nuevo. Tú y yo podemos experimentar este amor tan sublime, que no lo abarcamos, pero sí nos abarca a nosotros y nos da compleción.

Comments

  1. Siempre he sabido que eres un gran escritor.... Sigue escribiendo! Más de alguno, estoy segura, nos identificaremos con tus palabras

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